Queridas alumnas y alumnos, empezamos
un nuevo curso y siguiendo nuestra práctica lo comenzamos con un tema sobre el
que reflexionar y compartir nuestras impresiones.
Este curso 2015-2016 vamos a
acercarnos a las nuevas tecnologías y su influencia no sólo en la forma de relacionarnos
y comunicarnos sino también en la generación de sentimientos y emociones que,
en ocasiones, nos producen más daño que beneficio. En concreto vamos a dar unas
pinceladas sobre el Síndrome FOMO
(Fear Of Missing Out) o Sensación de Perderse Algo.
Este síndrome ha sido reconocido
por los psicólogos como un trastorno producido por el avance de la tecnología y
la cantidad de opciones que se nos presentan a las personas hoy en día. La
causa de este fenómeno es estar continuamente conectados a la red.
El número de individuos que
sienten que su vida es mucho menos interesante que la de sus conocidos está
creciendo. El querer ser aceptado por otros siempre ha existido, y es algo
lógico ya que hace referencia a la identidad social. A nadie le gusta sentirse
excluido. Solemos funcionar en sociedad queriendo ser reconocidos por los
diferentes grupos de los cuales formamos parte: nuestra familia, nuestros
amigos de la infancia, los amigos del instituto, la universidad, compañeros de
trabajo, entre otros.
Las redes sociales exponen la
variedad de actividades que uno podría estar haciendo en cada momento y
proporcionan multitud de oportunidades de interacción social. El problema
reside en que muchas veces se presentan más opciones de las que podemos abarcar
y esto puede llevarnos a la percepción de que otros están teniendo mejores
experiencias que nosotros. En estos casos, se pierde el contacto con la
realidad y es la imaginación la que juega un papel determinante a la hora de
interpretar lo que vemos por estos medios.
Al estar conectados las 24 horas
del día mediante nuestros smartphones, este sentimiento puede experimentarse no
solo en varios momentos al día, sino con los diferentes grupos a los que
pertenecemos. Esto nos puede conducir a que estemos siempre pendientes de este
escaparate para poder destacarnos entre nuestros contactos y mostrar la gran
vida social que tenemos.
En las redes sociales intentamos mostrar
cómo queremos ser y no cómo somos en realidad, pudiendo llegar a percibir que
la vida de los demás está exenta de problemas y es mucho más interesante y
emocionante que la nuestra. La identidad social, especialmente en los jóvenes
que viven inmersos en las nuevas tecnologías, se va creando en gran parte, a
través de Facebook, Twitter, Instragram, etc. Es claro el hecho de que este
nuevo modo de vida está “moldeando” de una manera alarmante, ya sea para bien o
para mal, la vida de los adolescentes.
Los expertos nos advierten que
este síndrome es consecuencia de un tipo de distorsión cognitiva que lleva a
pensamientos irracionales. Para personas con propensión a este tipo de
pensamientos, las redes sociales pueden llegar a ser perjudiciales.
¿Y tú qué piensas del FOMO?