martes, 13 de septiembre de 2016

PROCRASTINACIÓN



¿Qué significa eso de “procrastinacion”? ¿Es un síndrome nuevo? ¿Una nueva moda que se suma a las otras tantas ya existentes?


Es una tendencia del comportamiento humano que nos afecta a todos en mayor o menor medida, ¿o quién de vosotros no ha ido aplazando una cita al dentista, ha pasado meses desde el día en que te propusiste ordenar las facturas pendientes, o ha aplazado el apuntarse al gimnasio años? Tranquilo, no eres el único!

La procrastinación consiste en postergar las cosas que debemos hacer (cosas importantes) por cosas más placenteras.

El ir aplazando las tareas evitables tiene un coste elevado tanto en nuestra salud física como emocional.

Físicamente nuestro cuerpo se resiente debido al estrés que generamos al ir postergando tareas. El estrés puede afectar de varias maneras nuestro cuerpo y se ha relacionado con  múltiples problemas salud como diabetes, obesidad, problemas gástricos, etcétera.

Emocionalmente hacen acto de presencia elevados grados de ansiedad y pánico ante la gran acumulación de tareas, así como un estado de ánimo deprimido al ser conscientes de la necesidad de terminar con esas tareas: sensación continua de “tener que”. La autoestima también se verá afectada apareciendo la frustración por saber que no estamos haciendo lo que deberíamos de estar haciendo y nos habíamos propuesto.

Si bien es cierto que hay  infinitas razones más que nos llevan a procrastinar, algunas de las principales son:

Necesidad de una recompensa inmediata: El no hacerlo ahora no trae ninguna consecuencia negativa presente aunque sí futura.  Es mucho más apetecible revisar la bandeja del correo electrónico que ponernos con el trabajo fin de curso o  hacer zapping nos agrada más que el ponerse las zapatillas de deporte y salir a sudar.

Autoconfianza y seguridad irreal de nuestra productividad futura: O bien sobreestimamos el tiempo que nos queda para realizar la tarea o bien subestimamos el tiempo necesario para llevarla a cabo.

Miedo a ser imperfectos y al fracaso: Ante un desafío complejo el miedo nos paraliza encontrando alivio en la realización de tareas triviales.

Falso autoengaño, “bajo presión trabajo mejor”: No nos mintamos, no es que rindamos mejor sino que no queda otra alternativa llegados a ese punto.

Convencimiento de que existe un momento perfecto: Ese momento idóneo para realizar la tare será después y no ahora.


Hoy en día existen muchas estrategias que pueden ayudarnos a terminar o a disminuir nuestra tendencia a procrastinar. Entre ellas:

1. Ponte plazos

Divide tu jornada en diferentes plazos, o como lo llaman los expertos, cronogramas. Te ayudará saber qué tienes que hacer de 9 a 10:30, qué sigue hasta las dos de la tarde y qué trabajo tienes que dejar hecho antes de las 17:15. Cumplir con estas pequeñas expectativas te hará sentir eficaz, productivo, capacitado. 

2. Guárdate recompensas para cuando hayas realizado tus tareas

Para cumplir tus propósitos ayuda ubicar una contra prestación a corto plazo una vez satisfechos. Piensa, desde bien temprano por la mañana, qué es lo que más placer te proporcionará al llegar la noche. Si al final del día has resuelto todos los asuntos pendientes permítete ese pequeño deseo implantado en tu ánimo desde por la mañana.

3. Piensa en refranes. Te harán sentirte menos culpable (pero no seas tan irritante de decirlos en voz alta).

En nuestro país otra cosa no, pero dar consejos se nos da muy bien. En tu memoria habitan mil y un refranes, fruto de la tradición y ese deporte nacional nuestro de aconsejar al otro y ver la paja en el ojo ajeno. Recurre a ellos, tirando de memoria, o si te falla mete en tu próxima lista de regalos un pequeño refranero. En él encontrarás calor e inspiración. No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy / Más vale al paso andar que correr y tropezar / A juventud ociosa, vejez trabajosa / El buen cirujano opera temprano/. La lista es larga, casi interminable. Si tú solo no puedes ayúdate de cientos de años de sabiduría popular, no eres el primero en procrastinar.

4. Dale a cada palabra su significado

El mal uso de la semántica es perjudicial para la autoridad de cada uno. Cada palabra lleva la carga suficiente de contenido como para respetarla y que nombrarla siga queriendo decir lo que estrictamente, quiere decir. Vamos a los casos prácticos: si a todas tus tareas le colocas la etiqueta de “urgente” y si cualquier trabajo lo necesitas para “ayer”, ni “urgente” ni “ayer” hacen referencia a su significado. De ese modo, las próximas actividades que te mande un profesor como “urgente” o el trabajo que tenía que haber sido entregado “ayer” podrán esperar, dado que ni todo puede ser urgente y nada que verdaderamente sea relevante se puede entregar ayer. Pon el adjetivo y el adverbio que se merece cada plazo, cada proyecto y cada objetivo.

5. Haz el favor de esconder el móvil

Este es el más complicado de todos. Haz el favor de esconder el móvil en una caja de seguridad y cerciórate de que no tienes el código que la abre. Solo así, de esa manera, serás capaz de no ver cada vez que desbloqueas la pantalla números capicúa, extrañas coincidencias y recolectar el feedback de cada una de las actualizaciones y grupos de WhatsApp que llevas en danza. Solo alejando de ti al "demonio" podrás dejar de procrastinar y darle a cada minuto y hora el valor que tienen.

QUERIDOS ALUMNOS Y ALUMNAS. BIENVENIDOS AL CURSO 2016-2017. ESPERO QUE EN JUNIO HAYÁIS APRENDIDO LOS RUDIMENTOS DE LA PSICOLOGÍA Y SUPERADO LA PROCRASTINACIÓN.